Mucho es el  humano desconcierto de la civilización occidental. El desconcierto está en muchos. Muchos hay también sumergidos en un concierto surgido e implantado por la rutina aplicada de un desconcierto transcendente de las fuentes del Kristo, emanadas de los fariseos para la sed de los hombres. El uso y el abuso de la sed del hombre, sujetada a la manipulación de las conciencias, en beneficio terrenal y práctico de los vendedores de Credo y Fe. Es imperiosa la necesidad de que los más generosos se levanten pacíficos, con voz de las Verdades que sembró Kristo, en su naturaleza correcta. Hay que ir de nuevo por doquier a la siembra de esas Verdades para que broten los princi­pios de la Nueva Fe. Los hombres las precisan y las reclaman desde los verbos limpios de intenciones turbias o egoístas.

La Doctrina no se hizo para cabalgar, sino para servir.

La Doctrina no se hizo para medrar, sino para entregar.

Sólo el desprendido puede ser portador de la Resurrección del Kristo en la creencia de los hom­bres.

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Caty Martinez y Juan Sancho "Jusan"