COMPRENDO











Del llibre Casialgo de Marce López Sirer







*

¡¡¡Comprendo y mil veces comprendo!!!.

Tu dolor al nido en que estuviste, y ahora, tus alas piden aire y se gozan en los vuelos.

Amas tus vuelos y los precisas. Lógico que huyas de las quietudes anidadas cuando tu corazón ansia liberta

des; unas libertades, que durante mucho tiempo, estuviste soñando mientras te consideraste aprisiona­da.

...

Pero...

¿Por qué tu nido fue cárcel y no nido?

¿Es qué fue nido?

¿Es qué nido es necesariamente cárcel?

¿Es qué un nido puede no ser cárcel y sí ser entrañable y acogedor hogar, con las brisas de sus ventanas abiertas?

¿Por qué nido, debe ser, precisamente, tu concepto de nido?

¿Por qué, el vuelo, no puede ser libertad de nido y nido, libertad de vuelo?...

¿Acaso, las aves no vuelan... No vuelan desde su nido cuando su acto de vivir les lleva al vuelo y regresan voluntarias y felices al nido, luego de volar?

Cualquier forma de vida tiene su hogar: casa, nido, madriguera, cueva, hueco de árbol...


                    Lo que importa es que el hogar, no sea cárcel, no se sienta prisión: que te llame tu hogar desde ti misma...

¿Quién te obliga, quién te empuja, quién te quiere encarcelar...?

...

El día que halles tu casa, te lo dirá el corazón y lo sentirás en la sangre y te irás a tu casa por ti sola. Te sentirás bien y feliz en los brazos de tu casa y, cuando vueles de visita, añorarás el especial olor, el particular calor y el todo inconfundible de sus mis­mas piedras, y hasta te serán bellos los mismos defectos de tu casa... Las fealdades de tu casa, te parecerán hasta hermosas: las harán hermosas tus propios ojos...

Te sentirás libre en ella porque tu libertad será eso: estar allí...

¿Es que van a ser todos los hogares del mun­do: los que existen y los posibles a formar, idénticos al que tu viste?

También vivir y volar tienen sus cansancios, sus dolores y amarguras...

Puede que, algún día, te poses en un nido, pero no puedes asegurar que sea por mucho tiempo, porque eres paloma aventurera.

Todos los seres humanos son algo aventureros; eso nos viene de nuestra propia naturaleza: unos más y otros menos.

Sí, pero desde el hombre de las grutas hubo sedentarios (nido) y nómadas (aventureros).

Existen ahora mismo: los hombres van arras­trando en mucho la marca que nos imprimió el pasado.

Se es sedentario o se es nómada según lo que se halla o no se halla para el equilibrio vital.


El sedentario lo es - las tribus ya lo fueron - porque halla a su alcance lo que precisa; físico o moral y no necesita moverse.

Los hombres de las cavernas, y aún hoy muchas tribus africanas, poblados esquimales, etc, tienen que seguir a la caza, a los rebaños y éstos a las hierbas, a los pastos y a las lluvias. Siguen, buscan el habitat adecuado a sus particulares necesidades... pero ¿no son sedentarios los nómadas en el momento en que hallan su habitat preciso?

...

...Muchas veces, hemos de buscar la razón de nuestras ansiedades y características modernas, en ancestrales motivaciones.

Deduzco que, sensaciones como las tuyas, tienen una raíz de carencia, falta de equilibrio, falta de aquello para lo que realmente naciste: sed de tu naturaleza.

El ser humano, busca siempre completarse, realizarse, y se mueve para lograrlo.

Creo que, cuando se consigue - si es que a lograr se alcanza, - podemos obtener, por lo menos, la serenidad.

Siempre tendemos a la perfección pero, ya serenos, con un mínimo de nuestras necesidades físicas y morales cubiertas, trataremos, por nuestro propio impulso y necesidad, de superar y perfeccio­nar nuestro propio medio y... a nosotros mismos.

Quizá la aventura, no será tan espectacular y movida como, acaso,  soñamos pero, estará más sublimada.

Tus correrías serán más hondas: más calidad y menos número...


El vuelo no será alocado y diverso: será cada vez más grácil y más perfecto... Quizá, una pequeña distancia, pero mejor sabor y más tuya, porque la distancia la harás tú misma desde tu mismo deseo... La aventura estará en tu propia casa y brotará de ti misma...

Cada vez te faltará menos para alcanzar el equilibrio, y de ello, cuanto más completa, más quieta y más de acuerdo contigo y desde ti misma.

...

La perfección absoluta no existe más que a chispazos, a fulgores: a latidos.

...

La sensación de sed no está en la cantidad que bebas, sino entre tu necesidad de agua y la calidad de agua que bebas. Cuanto más pequeña sea esa dife­rencia, menos aventurera serás.

No creo que tengas que preocuparte mucho por tus vuelos actuales ni por tu espíritu aventurero: todo es natural; generalmente se resuelve por si mismo a su hora y condición.

Si tus alas sufren por estar atadas, es normal porque te las sientes atadas pero, te llegará la hora en que te sentirás volando estando quieta: ...tu quietud será vuelo y todo cuanto te importe estará en tu nido... El universo entero en tu casa.

¡¿Comprendes?!

Sí, "cuando haces, eres fiel sino; no lo harías" Eso me dice que, esencialmente eres fiel. Lo que te falta es motivo suficiente: un "por qué, la razón precisa para serlo". Es decir: el nido adecuado, el alguien, que a tu medida, merezca compartirlo.


...Yo te veo en rosas y, tus espinas, si me duelen, pago con ellas el dolor que, las mías propias, puedan hacerte y, porque me son tan amadas tus rosas, he de aceptarlas con sus heridas y... porque, si para llegar a tus rosas, hay huecos por donde tus espinas no me tocan, los huecos uso.

Parece incongruente por verte a ti misma demasiado fiel...

Comprendo, pero... el primer paso de la libertad es, ser tu misma.

¿Por qué has de querer ser más materialista? Eres como eres, ¿no?... Pues, déjate serlo: no te hagas tu propia cárcel, no te pongas caretas, no te hagas carnaval... En todo caso, lo que seas, más pronto o más tarde se te verá.

Si no dices todo, no mientes, pero dejas de decir toda la verdad...

De esa verdad que falte... puede derivarse alegría o dolor, y si no la dices; si es verdad de alegría, quedará esa alegría sin hacerse o acaso se engendre dolor, y si es dolor, en este tipo de cosas, a no tardar, el dolor llegará también, igualmente, en el tiempo.

¿Por qué jugar con estas cosas?

El dolor de esta clase es ya dolor de nacimien­to, pero no creo que tu seas madre de dolor de una forma consciente. Lo que entiendo sucede es que necesitas tiempo para conocer si "vas" o "no vas" a producir dolor. Este es el riesgo de la aventura.

Tu quieres vivir gozo y quieres producirlo... Luego, quizás resulta un espejismo, ése es un riesgo contenido en el acto de vivir.


La gente quiere jugar siempre a ganar, y eso no vale. A la hora del placer, nadie se queja ni nadie reprocha.

En otras ocasiones, la alegría está en la alegría que produces y ésa es una alegría auténtica, pero en amor humano, yo no usaría de ella exclusivamente, porque tu fuente también tiene sed. La alegría que se ha de dar, en amor, es aquella que está en nosotros, la que siendo nuestra, se nos desborda y, al percibirla el ser amado, la recibe y se alegra. Si no sentimos propia alegría de amar y fabricamos un sucedáneo de ella, para que un enamorado sea feliz, le hemos mentido y estafado y eso no es justo, salvo que estemos dispuestos a no descubrir jamás nuestro fraude y ser consecuentes con todas las consecuen­cias...

Quizá puedas estar muy sedienta de cariño o puede que muy necesitada de confianza en ti misma: de que el amor que creas te de la medida de lo que vales. En el fondo, es una búsqueda inconsciente del amor real, del que te llene, del que no dé lugar o supere todas tus decepciones: ansiedad del amor particular y específico para el que naciste: inconfesa­da y perentoria necesidad de equilibrio en el espíritu y en el cuerpo. En todo caso, nadie conoce nunca todo lo que hay  por conocer, por elegir : es un límite elástico en cada cual...

                                                                            ***

 

   Compartit per na Caty Martinez  i en Joan Sacho Jusan