Del Libro “Casialgo” de Marce Lopez Sirer







 

Asido por los dedos infantiles, la ingenuidad de la mano; el hilo suavemente tirante, al otro extre­mo sujeto, flotando airoso: el globo del niño.

Los ojos abiertos en toda su amplitud; los más abiertos, los más alegres por dentro. Más que nunca vueltos al cielo, prendidos de su globo, los ojos del niño: la ilusión absoluta del niño en su globo...

Un solo instante, una pizca de tiempo, un desconocido segundo; menos que un segundo...

¡...!

El hilo se ha soltado, ha desaparecido entre los dedos...¡...!

El hilo del globo ausente en el asombro de los dedos... y... los ojos...

El globo suelto, mecido en su libertad gozosa y titubeante..., grita su color en el aire. Le grita, sin sonido, a los ojos llorosos del niño acongojado el corazón y... las manos, desesperadas, acongojadas, crispados los dedos infantiles con todo el brazo tendido, con toda la mano abierta;... los deditos, prolongados más allá que sus dedos;... hacia lo alto...

El globo, ...ahí, ...allí, allá, ...en el cielo gran­de, abierto... se aleja despacio, ...tímido, subido su color redondo, por el azul abovedado...

La desesperada sorpresa de los ojos ,la honda angustia, la infinita tristeza... La prieta, dolorosa gritadura de los labios... en asombrado silencio... Globo que se aleja subiéndose a sí mismo... y... achicándose, lentamente, perezoso de alejarse... Se empequeñece lejos... más... y muy lejos...: un punto imperceptible,... perdido en la distancia... Los ojos infinitos, siguiendo la huida..., cara al cielo... tanto rato... Tiempo largo de imposibles, mirando el vuelo ido de la mano...

Ya, globo y cielo, todo uno diluido...                  Ya no existe la materia de la imagen en la pupila de los ojos sedientos... Ya,... los brazos, se van cayendo lenta­mente desesperados... Se va bajando la frente y, ...los ojos, ...se van dejando, dolidos,... en el corazón yerto. Ahora,... ni una lágrima... La pestaña seca... La imagen sublimada y transcendente de su globo, ...en el centro de su vida...

Globo y niño, se alejan, despacio, por distintos caminos.

Después, ...también vinieron los Reyes Magos y las ilusiones juveniles y las adolescentes y las adultas y hasta las seniles y;..los Reyes Magos, no fueron Reyes, ni las ilusiones fueron otra realidad que, hermosos sueños...

¡Qué pena y qué realidad!...  

                                 

 

Caty Martinez Caldes y Juan Sancho Calafat-