SUSTOS
Del llibre “Casialgo” de Marce López Sirer
Estos días he andado un tanto esmirriado, pobre de salud en el cuerpo y en el alma y mísero de muchas miserias de las que percibía los efectos pero ignoraba las razones. Además, me llevaba un luto compañero de mis horas del dia y muchas de la noche.
Hoy es Lunes y, todos los Lunes de la vida que recuerde, no tuvieron un significado especial o me trajeron alguna diferencia notoria hasta el dia de hoy y, aún así, su acontecer, no fué, particularmente notable...
Todos los Lunes que conozco, llevan el mismo nombre repetido: Lunes...Lunes,...Lunes, siempre repetido hasta el aburrimiento pero, si el nombre, por voluntad del hombre, es así de monótono, no quiere decir que, a cada uno, no le acompañe, una pincelada particular, algún hecho diferente o un algo distintivo de mayor o menor enjundia.
No son los días quienes llevan un contenido; son los contenidos los que están inclusos en los días del tiempo y los acontecimientos, de una u otra importancia, se muestran en uno o en otro de los bautizos del nombre del tiempo en su amplitud o en su pequeñez...La bola se detiene en una u otra de las casillas de su rotante camino según dependa de la dinámica rotatoria y, del mismo modo, la rueda de los hechos y por la misma razón, cae en una u otra casilla dependiendo, no de la suerte, sino de la dinámica cuya intensidad ignoramos o desconocemos el resultado en su binomio que no es suerte sino hecho físico y matemático.
Pero estábamos concretados en un Lunes y, en unos hechos baladíes que del vientre de ese Lunes concreto habían brotado, al parecer, gratuitamente y, no los contamos por su importancia ni por su trascendencia sino por romper, sin tener de ello consciencia, una racha de tiempo oscuro, doloroso, pesimista y de razón ignorada.
Los hechos no suceden caprichosamente; llegan o se van por causa total de otros hechos desconocidos que, un día afloran sin saber por qué; por razón de causa que se muestra en un ahora teniendo las raíces invisibles del por qué acontecen.
Tengo en Palma unos familiares. Una de esas personas, trabaja en un puesto de responsabilidad en un hotel. Yo, en este lunes tan traído y llevado y todavía bajo los efectos de mis malestares y apatía, tuve que llamar, por teléfono, al susodicho familiar para un asunto que, en aquel momento, me acuciaba.
Marqué el número preciso y diciendo si podía hablar con mi familiar. Al otro lado de la línea percibí una especie de revuelo y una voz que me respondía que allí no había tal persona. Uno, ya avezado por la costumbre de los hechos, a los fallos en el marcar o al fallo de la actividad de la Compañía, está ya de vuelta de todo.
Luego de un rato, repetí la operación y la respuesta fué entre palabras confusas, algo sobre "los Santos Inocentes.." y que allí no trabajaba tal persona ( O yo lo entendí así ). Yo les repetí que deseaba hablar con Fulano de tal y Tal y me repitieron la respuesta de que allí no trabajaba alguien con tal nombre....
Mi asombro era cada vez mayor porque conozco de mi familiar sus horarios matemáticos y no me cabía el asombro el que a aquella hora de su turno él no estuviese en su lugar.
Ya algo mosca por lo que andaba sucediendo; le pregunté si tenía la bondad de darme su número de teléfono y, al cotejarlo, coincidía exactamente con el que yo tenía y me contestó que sí...
Yo no sabia si tomarlo a brujería, a los resultados de mi propia dolencia o a la intervención del Diablo...
Yo empecé a entrar, gradualmente en la fase del "cabreo" y os aseguro que mis cabreos no suelen ser tarta de chocolate...Para más aclaración, volví a telefonear y me contestaron, ya mosqueados: que allí no trabajaba tal Señor y, seguidamente inquirí el nombre del hotel a lo que me contestaron afirmativamente...
Aquello era ya el acabóse....
Inmediatamente telefoneé a mi familiar y, efectivamente allí estaba tan campante en su domicilio aunque no su Señora que, al parecer dio un salto instintivo por sobre un medio metro sobre el sofá en el que estaba sentada y se fué con el corazón en un hilo al requerimiento del teléfono...Y, ésto es así porque, hace ya bastante tiempo, que las llamadas de teléfono les da, por una u otra razón, cada vez, un disgusto, una complicación o un problema y, ambos, van más temerosos del teléfono que de un bombardeo en Sarajevo.
La primera parte del relato llegó a una cierta aclaración, aunque no estoy muy seguro de ello porque me quedan algunos restos de confusión, pero de la segunda se me ha quedado un resquemor agudo por el susto que tan gratuita, la Señora se llevó sin ninguna necesidad por aquello de "gato escaldado, al agua fría teme...".
El hecho cierto es que, mi familiar y yo nos estuvimos riendo media tarde de teléfono sobre lo chusco de tales sucesos y cuando, cada cual, de su coleto, le añadía algo de lo que pudo ser y luego no fué; por el hecho en sí, nos entraban más ganas de reír hasta el punto de que la risa se adueña de un ser y no lo suelta hasta que lo ha exprimido, hasta que no le queda ni resuello....o si en los odres de su risa le queda contenido....
¡¡¡Pero nos reímos...!!!!
Por quien lo siento es por la reacción de la Señora que todavía debe estar preguntándose que bicho nos picó que tanta risa , de la sana, nos produjo
No creo que nunca lo consiga comprender.
Y esto sucedió en un Lunes cualquiera, anónimo, sin más nombre que Lunes, desconocido, perdido en el universo de Lunes que ya deben haber sido muchos de, los que fueron, son y los que serán.