Poesía eres tú
Decía Gustavo Adolfo Bécquer
en su Rima XXI: “¿Qué es poesía?
dices mientras clavas
en mi pupila tu pupila azul.
¿Qué es poesía? ¿Y tú me lo preguntas?
Poesía… eres tú.”
Y yo digo:
Eres tú, sí tú, aquella persona que inundas
caminos con sus manos abiertas siempre
a la esperanza de un prójimo desconocido.
Tú, que desconoces la avaricia material
codiciando solo amistad.
Poesía, podría ser ¿cómo no?
la dulzura en la boca de un niño,
el despertar del trino alado
cualquier día, en cualquier
ventana, una primavera de flor
abierta. Una libélula absuelta
en su libertinaje fruncida a la ribera
de un río y, sitibunda de esa agua cristalina
que brota en las más prominentes cumbres
rocosas.
El abuelo, la abuela
que fuiste niña antes que madre,
y supiste del dolor, de la risa,
del hambre, la alegría y el llanto, cuya sempiterna sabiduría
será cauce de un río sin desborde.
Son, vuestros pliegues carnosos de venerable
sabiduría, quien el diablo envidia
por edad e inefable, para su tridente
de sabueso malintencionado.
También eres tú, convaleciente
de la herida de Cupido, que tras deshojar
millones de margaritas, doblegas dadivoso el corazón
a otra persona, dejando atrás el desangrado,
en una simple cicatriz aplazada en un tiempo
olvidado.
Y ahora, en estos tiempos, es la resiliencia
con la que encerrados sabemos afrontar
la paradoja de que, para ser libres,
hay que recluirnos y ganar esta batalla.
Quedarse en casa, desmerecer la calle
para doblegar a quienes quieren someternos,
y disparamos con ovación sincera
a quienes entregan su arrojo en batalla
con el escueto escudo de guantes y mascarillas.
Quijotes por el día convertidos en Sanchos cada noche
al llegar a sus casas, y llorar el devastado
campo de batalla, donde los muertos son reales
y no fantásticas quimeras en un cuento de hadas.
Y después de días de lucha, de encierros, de pesimismos
y abatimientos, de ilusiones y esperanzas.
De encontrar la fe en los hombres, desmembrando
a veces lo divino.
Y si me preguntas
¿qué es poesía?
Poesía es el bondadoso, el amigo, el niño, un pájaro,
una flor, el río que zigzaguea el valle, el amor y sus contradicciones,
el abuelo y sus batallas, la abuela sus besos, su abrazos y miles de lágrimas,
un cuento de miedo hecho realidad con quijotes sin lanzas y minúsculos gigantes
que nos catapultan por los aires del desaliento.
Y si continúas preguntando ¿qué es poesía?
Ya lo dijo Bécquer, con su romántica maestría
del verso rimado, poesía amiga, amigo,
poesía, eres tú.
Miguel Ángel Cañada Castellano ,
desde su confinamiento en Jaén.
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