Del Libro “Casialgo” de Marce López Sirer
Mi pueblo de hombres está herido. Las heridas de los pretendidos cinceles.
Los políticos golpean voces de ideas, mazos de intereses.
Los impactos que les duelen o los impactos que les gozan: impactos siempre sobre la virginal naturaleza.
El jardín de los cinceles, fábrica de los mazos. Multiplicación diversa en los impactos pululantes sobre mi pueblo de hombres.
Las heridas diferentes impactan sensibilidades distintas.
Abanicos de posibilidades, abren riqueza de opciones: caminos hacia metas decisivas.
La diversidad de opciones, acaso también conduce a la confusión de las mentes sencillas: las ideas, los intereses, en la clarividencia de los pueblos.
Las ideas, los intereses, las opciones, cabalgan. La imagen personal de los escultores, imprimen su marcha al andar de mi pueblo.
La sensibilidad, la honradez, la inteligencia, la capacidad creativa, el hacer bien y el saber hacer, más altos; sobre las propias debilidades, configuran la mágica aparición de los futuros.
Impulsan, renuevan, corrigen, crean sobre las bases mismas de los presentes. No tengáis el pulso sólo en la siembra nueva; también en el cariñoso cuidado de lo que ya está sembrado, hasta la hora del fruto.
El riego vital esparcido, en la medida posible del caudal, sobre todas las tierras. Las que acariciaron la mano con el cariño de la coincidencia y las que disintieron de nuestra vocación al tiempo de subirnos. Por que, ya subidos a los pedestales, todos son, en sus derechos, tras el peso de sus obligaciones.
La fría letra de las leyes y la generosa apreciación de su espíritu, a la hora de la espada.
¡Discernamos! ...y nosotros , los políticos, no engañemos jamás lo que resta de la fé de mi pueblo.
Caty i Joan