
Del Llibre Casialgo de Marce López Sirer
Estoy fisiológicamente vivo. Percibo mis ruidos anatómicos y la palpitación de mi materia como un suceso sin destino: un hecho concéntrico sin proyección ni objetivo; infecundo.
La razón de ser, es capital para ser: No llevar en el corazón un señuelo para el que andar y moverse, es el quedarse quieto y, esa quietud, es la negación de la vida. Ahora mismo, entiendo que estoy de acuerdo conmigo perfectamente encajado, yo conmigo. La afinidad con la desaparición y el desligamiento total de mí con todo, la llamada del polvo al polvo o la absorción de la nada; el cierre del círculo, la concordancia en el engarce del ser y no ser...No hay disonancia. Es una armonía concisa con el desprendimiento y, todo se conjuga para el tránsito liso, ajustado y preciso. Siento que es suave y fácil: increíblemente sencillo, lógico como una verdad pura. Intuyo que, el miedo, no es una realidad, sino un concepto intelectualmente zoológico y, para liberarnos, tendremos que desprendernos de las raíces, de las posesiones espirituales y de las materiales; de toda pertenencia y, hallar una forma de secar cualquier fuente de anhelo para, así, sentirnos absolutamente solos, desposeídos, desesperanzados; libres de toda atadura terrena.
No me importa lo que digo: me da igual .
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Compartit per na Caty Martínez i en Joan Sancho "Jusan"