Hoy, 20 de Abril del 94, me esta persiguiendo inmisericorde el aleteo de la preocupación,el temible aleteo de la muerte,porque en verdad no se Marce,donde vas y seria mi deber saberlo.Por ello,ya de madrugada mi cabeza no deja de dar vueltas y mas vueltas,y mi espíritu no descansa,el aleteo del "quizás" puedo hacer mas por ti ,me persigue por doquiera vaya.
¿Donde esta mi capacidad de lucha que tu me enseñaste?
¿Donde esta mi capacidad de sufrimiento que tu me insuflaste?
¿Donde estoy?
Kristo, ¿que es de mi sin ti?
Es la nada, es la sensación del final de una vida, el final de una vivencia, el final de una experiencia,experiencia que fue continua a tu lado,aquellos enormes deseos de que llegase el Sábado para poder estar contigo,olvidándome de todo, pero siguiendo con egoísmo Tu camino,sintiendo que a tu lado mis flaquezas ya no eran tantas,mis temores eran menos,mis sufrimientos compartidos,mis alegrías y risas mas profundas,mas abundantes, mas sanas. Tus consejos que siempre escuche pero que no siempre seguí. ¡ Nuestra relación equivalente a Padre e Hijo!
No quiero que te vayas, te necesito conmigo pero te veo falto de la salud necesaria para que sigas a mi lado .Te voy siguiendo en tu lenta agonía y agonizo al mismo tiempo contigo.
DIOS ¿Porque TU cuando empezaba a disfrutarte ? ¿Porque TU cuando vivíamos cada día más y mas juntos? ¿Porque TU cuando tanto y tanto hemos pasado? ¿Porque TU cuando nuestra comprensión era todo uno? ¿PORQUÉ TU?.
¿ QUO VADIS ?
Tuyo siempre,
Joan-Abril 1.994
Nota: El 6 de Mayo del 94 inhalaste, allá entre las 20,30 y 21 horas, tus últimas bocanadas de aire, y estos últimos y para mi trágicos momentos los pasamos sólos, cara a cara, como si tu mano dirigiera al Creador hacia tus más íntimos deseos. No te vi sufrir, o al menos no fui consciente de ello, pero yo si sufrí ante la impotencia de no poder detener tu camino. Te supliqué que no te marchases, pero tu final estaba escrito en Ti y en Kristo, un final que quizás sea para ti un nuevo comienzo y si asi fuese sólo me atrevo a pedirte que sigas siendo como eras. Sea donde sea que estés, conduceme hacia el mejor sendero, ilumina mi espíritu y dirigeme en hacer el bien, sin importarme como, tal y como tu lo hiciste. Que Dios te bendiga...
Joan Sancho Calafat—Jusan