Lo justo






Del llibre "Casialgo" de Marce López



                                                                           

Siempre toma tiempo el hallar lo justo: el tomar medidas para no equivocarse.

Hay una apreciación inmediata de lo justo en el ser humano; una intuición de lo justo.

Una conformidad con nosotros mismos, puede ser una disconformidad respecto a los demás.

El perro que anda por la calle sin miedo a las piedras que le puedan tirar los chavales;... es inocen­te.

La inocencia es libre.

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Si le tiras un piedra a un perro sin experiencia del dolor de la piedra, le abrirás un ojo o quizá los dos, respecto al dolor implícito en la piedra.

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El perro que huye con alaridos de piedra, no es inocente; ya no lo és.

Ya se le ha usurpado la inocencia y se la ha enjaulado, tenso, en los condicionamientos de la consecuencia de la piedra.

La piedra, no es una piedra: es un dolor;  pero la piedra en sí, es inocente...

El peligro instintivo está en el lanzador de la piedra: en esa imagen...

El perro, verá mil piedras inocentes mientras no las asocie a la imagen del dolor; a la imagen del posible lanzador...

Me gustan los perros inocentes y quisiera dejar a todas las piedras del mundo quietas en su sitio. Quisiera las manos sin piedras y así; podrían estar todos los ojos abiertos a la libertad de las maravillas pero cerrados para el dolor de las piedras.

El perro, no le teme a las piedras; le teme a las manos. Las piedras quietas, no le inquietan: está con ellas, se pasea entre ellas como un paseo entre amigos, con su inocencia.

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No le tires piedras a nadie, y para no poner dolor en los ojos de las criaturas, lo mejor es que dejes a cada piedra en su sitio...

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No juegues con piedras porque, un juego, puede causar un dolor...

Construye casas con piedras y cuida que las piedras encajen y que sea sólida la casa; hazla que se aguante y sólida, te proteja. Cuídala, ayúdale a que sea fuerte.

Haz  hogares con sentimientos. Haz hogares positivos y duraderos. Hazle puertas y ventanales que puedas cerrar en los inviernos y que puedas abrir a las primaveras...

Entra y sal de tu casa cuando quieras pero... no salgas para tirar piedras, para matar pájaros, para herir mariposas, para descalabrar perros o mancillar inocencias.

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Sal para unir tu canto al canto de las otras criaturas, para darles la mano a las heridas. No hagas heridas; ponle bálsamo a las que existan y no hagas a la herida más amarga.

Cuida de tu casa; hazla más hermosa cada día y conserva la belleza que ya tenga. Quítale el polvo, si le llega, porque, el polvo, muchas veces, no deja ver su belleza.

Tu mano es hermosa; pon con ella, hermosura, no la juntes al barro; no dejes que se ensucie tu mano, porque luego, tu mano sucia, ensuciará la limpieza de tu casa...

Somos ángel y diablo: trata de angelizar a tus diablos: trata de utilizarlos, domesticarlos, gobernar­los por si pudieras transformar, la energía de su malicia, en algo positivo:... un poco de diablo, en la condición humana, puede hacer más encantadores a tus ángeles pero,  no  permitas  que  te  devoren: un poco de sal condimenta, pero todo el salero, nos hace ampollas en la boca.

Al extremo de muchas vidas, se halla el cinismo. No te abandones demasiado al cinismo y aún trátale de cerrar tus puertas porque, el cinismo, empieza a construirse por la degradación...Somos como somos, pero también está en nosotros, la posibilidad de modificarnos en lo mediocre y fomen­tarnos en lo edificante: no hemos de encasillarnos, pero tampoco dejarnos desintegrar.

No estoy totalmente contento. Quizá no tengo razón, pero algo intuitivo me susurra de relajaciones: de que cogida tu mano a una estrella, te dejases los pies sueltos en caminos inciertos. Hay una especie de ruido de peligro... Como el pasear de una sed por fuentes y charcos y se pudiese envenenar la sed o se quedase cogida en una sed sin finalidad, sin un destino: en una continua  confusión  de  sed  y  en una interminable excursión a las aguas, ida en andas de todos los vientos; mareo en un mundo de brújulas intoxicadas.

 

Compartit por Caty Martínez i Joan Sancho"Jusan"