LIBERTAD EN AMOR
del llibre "Casialgo" de Marce López
La libertad es estar conforme con uno mismo. La libertad absoluta, indiscutiblemente, no es factible por la interminable lista de limitaciones que la Naturaleza nos impone impidiendo que nuestra libertad se desenvuelva genuinamente.
Existe una parcela de libertad posible que puede manifestarse con márgenes relativamente estrechos, pero es muy transitoria y dependiente de las circunstancias, lo cual implica que es una pseudolibertad o, en todo caso, una libertad restringida e intermitente.
Hablando concretamente de la libertad o falta de libertad en el amor o en el matrimonio, no podemos establecer un análisis generalizado, pues cada individuo, tiene su personal concepción, pero entendemos que, en estos casos concretos, la libertad persiste en cuanto a coincidencias con uno mismo en la pareja de amor.
El hecho de amor y la convivencia, parece implicar, para ciertas gentes, la pérdida de la libertad... Comprendemos que ello sea asi en las gentes aludidas pero, rotundamente, el fenómeno de la falta de libertad, está en las características de las referidas personas, pero no en el hecho del sentimiento del amor.
Este sentimiento, no presupone pérdida de libertad, sino; más bien, acto de libertad, por coincidir en uno mismo.
Libertad es el propio sentimiento.
Es claro que, en el amor de la pareja, siendo dos los intervinientes, las características de los sentimientos, en ambos, debe ser de la misma calidad y magnitud para que se establezca una conciencia de coincidir de la que se derive el sentimiento de libertad.
La libertad dimana de la coincidencia.
Si esa coincidencia no existe, surgirá, inevitablemente, un sentimiento de falta de libertad.
Lo que sucede, es que, generalmente, uno o ambos se empeñan en una práctica de amor siendo incompatibles y, en esa práctica, intervienen factores enormemente complejos en su naturaleza y fuera del alcance de interpretación de los interesados que, por una u otra razón, no quieren o no pueden eludir, culpando al amor de provocar la falta de libertad que sienten, cuando, en realidad, el amor, por si mismo, es inocente, y es que se llama amor a lo que es un sucedáneo del amor. Amor no es acomodarse el uno al otro, no es adaptarse: es coincidir libremente con la propia personalidad.
En este contexto, cualquier acto, tiene su respuesta coincidente desde la libertad del uno, con la libertad del otro. No hay problemas porque, los ecos son idénticos; no hay deformación.
La enunciación de estos criterios, no significa que sea común o general en la práctica pero, tampoco significa que no sean reales en su contextura íntima.
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Compartido por Caty i Joan "Jusan"